El contrato de Tim Berners-Lee para arreglar la web

Más Wikipedias y open source, menos discursos de odio, desinformación y acoso. Ese podría ser el slogan del contrato que propone Tim Berners-Lee para arreglar internet. En la columna de opinión «Yo inventé la World Wide Web. Así es como podemos arreglarla», publicada en el New York Times, el científico británico desarrolló el «Contrato para la web», asegurando que aun estamos a tiempo para que su invento cumpla con el propósito para el que fue creado: servir a la humanidad.

Berners-Lee entiende que estamos en un punto de inflexión: la web está llena de prejuicios, desinformación y odio; los estafadores la usan para robar identidades y los acosadores, para intimidar a sus víctimas; la democracia toda está amenazada. «La forma en la que respondamos a este abuso determinará si internet cumple con su potencial como una fuerza global para el bien o nos conduce a una distopía digital», escribió.

En este sentido, aseguró que, para lograrlo, se necesita la intervención de todos los que tengan poder sobre su futuro -desde los gobiernos hasta las compañías, pasando por los grupos de la sociedad civil, activistas y cada uno de sus usuarios-. «Necesitamos superar el estancamiento que caracterizó a los intentos previos de resolver los problemas de la web. Los gobiernos deben dejar de culpar a las plataformas por su inacción y las empresas tienen que convertirse en entes constructivos para moldear la regulación futura, y no solo oponerse a ella», advirtió.

Por supuesto, Berners-Lee es un hombre con un plan. Su propuesta consta de un contrato para tomar medidas que hagan del mundo online un lugar seguro y capaz de empoderarnos a todos. En su sitio web puede leerse: «La mitad de la población mundial aun no puede conectarse. Para la otra mitad, los beneficios de la web vienen con muchos riesgos inaceptables: nuestra privacidad, nuestra democracia, nuestra salud y seguridad». Por eso surge este tratado -que aclaran es el primero en la historia- creado por expertos, activistas, académicos, empresas y ciudadanos de diversas nacionalidades. Allí podrán encontrarse no solo los objetivos que persigue sino también lineamientos para su concreción.

Entre ellos, propone a los gobiernos tener registros públicos acerca del uso de la información de sus ciudadanos; enumera formas de erradicar los incentivos que premian al clickbait y al esparcimiento de desinformación; solicita a las plataformas que abran sus cajas negras y expliquen claramente cómo minimizan o eliminan los riesgos que sus productos suponen a la población. Además, alienta la incorporación de recursos humanos diversos para que las herramientas desarrolladas sirvan a todos y no solo a un grupo. Asimismo, Berners-Lee subraya la necesidad de confianza, tanto en que los gobiernos defiendan los derechos de sus ciudadanos como en que las empresas construyan productos útiles para la sociedad.

Tenía la esperanza de que, a 30 años de su creación, estuviésemos usando la web mayormente para servir a la humanidad. Proyectos como Wikipedia, OpenStreetMap y el mundo del open source eran los tipos de herramientas constructivas que esperaba que surgiesen de la web.

Tim Berners-Lee

En su columna señala que el «Contrato para la web» ya tiene muchos adeptos. Por un lado, gobiernos como el de Francia, Alemania y Ghana; por el otro, gigantes tecnológicos como Google, Facebook, Microsoft y Reddit. Pero también están presentes el buscador DuckDuckGo, Twitter, GitHub, Telefónica y organizaciones civiles como la Electronic Frontier Foundation, Reporteros sin Fronteras, Access Now y ADC. Los firmantes deberán tomar acciones que cumplan con las reglas, de lo contrario, pueden ser eliminados como adherentes.

«Algunos cambios pueden tomar mucho tiempo. No esperamos una transformación de la noche a la mañana», señala el padre de la web. Sin embargo, «esto solo no es suficiente. Trabajaremos para movilizar a las personas alrededor del mundo», completó.

Los nueve principios del contrato

«La web fue diseñada para conectar a las personas y hacer que el conocimiento esté disponible de forma gratuita», afirman en el sitio del Contrato. Por eso, cada uno tiene un rol que desempeñar para salvaguardar su futuro. En este sentido, los principios están orientados a los gobiernos, las empresas y los ciudadanos.

Gobiernos:

  • Asegurar que todas las personas puedan conectarse a internet
  • Mantener a toda la web disponible, todo el tiempo
  • Respetar y proteger los derechos fundamentales de la gente a la privacidad online y a la información

Empresas:

  • Hacer de internet un bien accesible y asequible para todos
  • Respetar y proteger la privacidad y la información de las personas para construir una confianza digital
  • Desarrollar tecnologías que apoyen lo mejor de la humanidad y que desafíen a lo peor de ella

Ciudadanía:

  • Ser creadores y colaboradores en la web
  • Construir comunidades fuertes que respeten el discurso civil y la dignidad humana
  • Luchar por la web
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